Buscando un compañero del alma, en una búsqueda eterna de
intentos fallidos, voy sin rumbo alguno en busca de ese tesoro tan escondido,
en lugares remotos, chocando en ocasiones contra muros invisibles, tan altos,
tan duros, si bien junto todas mis fuerzas y mis armas aún así no los puedo
cruzar, pero una incansable sensación de búsqueda me impulsa sin miedo, extrañando a su
paso a quienes quedan atrás, aun así sigo adelante sin parar.
Subiendo y bajando bastos campos, de aquellos lugares
desconocidos de donde en todas ocasiones salgo con alguna herida, desesperada
búsqueda, aterradores resultados, mas aun así voy hurgando, en los desechos que
para muchos no sirven y yo los recupero, pero para que tanto esmero si al pasar
poco tiempo, curado las alas toman vuelo, como un niño mas si n su preciado
tesoro queda sin consuelo, sumido en su tristeza, sumido en su duelo, a mi
corazón lo lastimaron de nuevo.
No siendo la primera vez, ni la última, me sacudo las
rodillas y me levanto, mirando hacia ese nuevo horizonte, pensando a veces en
desistir, en abandonar esta peligrosa expedición, dentro mío, tengo una visión
de mi compañero del alma, dueño de mi corazón ¿Dónde estas? ¿Tan difícil se pone encontrarte?
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